There is so much beauty in this world...

miércoles, 14 de agosto de 2013

En una breve conversación, el joven le hizo a la muchacha la siguiente pregunta:
-Qué tipo de hombre estás buscando?
Ella se quedó por un momento callada antes de verlo a los ojos y le preguntó:
-En verdad queres saber?
- Sí­.
-Siendo mujer de esta época, estoy en una posición de pedirle a un hombre lo que yo no podría hacer sola. Tengo un trabajo y yo pago todas mis facturas, mis ropas, mis caprichos. Yo me encargo de mi casa sin la ayuda de un hombre, porque soy económicamente independiente y responsable de mi administración financiera. Mi rol ya no es el de ser ama de casa dependiente de un hombre en ese sentido. Yo estoy en la posición de preguntar a cualquier hombre, que es lo que el puede aportar en mi vida?
El hombre se quedó mirando. Claramente pensó que ella se estaba refiriendo al dinero.
Ella sabiendo lo que él estaba pensando, dijo:
-No, no me estoy refiriendo al dinero. Yo necesito algo más, necesito un hombre que luche por la perfección en todos los aspectos de la vida.
El cruzó los brazos, se recargó sobre la silla y mirándola le pidió que le explicara.
Ella dijo:
-Yo busco a alguien que luche por la perfección mental, porque necesito con quién conversar, no necesito a alguien mentalmente simple. Alguien que luche por la perfección espiritual, porque necesito con quien compartir mi fe. Mismo que luche por su individualidad, que tenga la libertad para salir a volar y regresar responsablemente a su nido. Lo suficientemente fuerte para darme ánimos y no dejarme caer. Alguien que yo pueda respetar. Partiendo del respeto que él mismo se gane con el trato y admiración que me dé. No para ser menos o más. Si existe un hombre así,­ bueno... eso es lo que yo busco. 

Cuando ella terminó de hablar lo miró a los ojos. El se veía muy confundido y con interrogantes.
El le dijo:
-Estás pidiendo mucho.
Ella le contestó:
-No, yo valgo mucho.