There is so much beauty in this world...

domingo, 20 de abril de 2014

Sexo al sexo

Obviamente no contaré de mis experiencias duuuuh...sino mas bien una reflexión sobre el valor que tiene la sexualidad en la sociedad actual. 
A donde voy? Pues no es una casualidad que los medios de comunicación invadan con publicidades e imágenes referidas al sexo, ya sea implícita o explícitamente. A que refiero? un ejemplo bien básico que nos pasa a todos : 


Hago una visita a una página popular de internet para descargarme una serie de televisión y me salta un anuncio de unas chicas con unas tetas muy grandes. Entro a ver mi correo y me sale otro anuncio que me invita a ver porno. Me paso un momento por las redes sociales y me encuentro más de lo mismo.  Me tomo un taxi y veo en alguna esquina alguna prostituta o encuentro un enorme cartel publicitario de un burdel que me molesta y me distrae. Voy a ver el noticiero, quiero enterarme de las últimas noticias del país, y me encuentro con fotos de minas en pelotas. En la prensa seria te informan de que no sé qué actriz sale sin ropa en no sé donde. En el videoclip musical del momento la cantante hace más exhibición de piel que de voz. Voy a comprar el diario y me encuentro con revistas en que las mujeres están desnudas o semidesnudas. Lo mismo cada vez que camino por la calle y paso por delante de un quiosco. La televisión directamente prefiero no verla.
Yo no estoy criticando hoy que haya un lugar concreto (un burdel, una web pornográfica…) que ofrezca determinados contenidos sexuales explícitos y que el que va ahí ya sabe a lo que va con todas las consecuencias (esto sería motivo de análisis otro día), sino que aunque vos no busqués esos contenidos, estos vienen a buscarte a vos ya que son omnipresentes en esta pornocracia. Es tal el aluvión de tetas y culos que yo, que soy mujer, me siento ofendida en la forma en que la sociedad trata a las féminas. Es decir, como a pedazos de carne, agujeros sin cerebro ni corazón. En la televisión siempre entrevistan a presentadoras, actrices o modelos pero nunca a biólogas, escritoras o violinistas. Siempre se destaca que una muchacha es “sexy” pero nunca que es “inteligente”. No hay anuncio de coche sin señorita florero ni pasarela sin modelo demidesnuda. Los medios de comunicación transmiten este mensaje: “Chica, sos un cuerpo” y “Mujer, mantenete joven y esbelta o tu marido te abandonará por otra”.
Esta imagen lamentable del sexo femenino, presentado como un bien de usar y tirar, es desde luego fruto de una mentalidad machista que considera a la joven un objeto ornamental y a la vieja un producto caducado. Sin embargo, no puedo dejar de contemplar con tristeza cómo esta idea cuenta con la complicidad de no pocas féminas. Empezando por todas las gobernadoras, diputadas, senadoras, ministras y hasta presidentas del gobierno que, teniendo poder para cambiar las cosas, no hacen absolutamente nada al respecto. Y siguiendo por la chica que está en la playa en tetas, por la adolescente que en una gélida noche de otoño viste que una falda tan corta que escandalizaría a la puta de la rotonda, por los calendarios solidarios en que sale la gente en pelotas supuestamente en pro de una causa noble o por esas feminazis tipo Femen que son incapaces de luchar por sus derechos sin enseñar las cachas todo el mundo. Mujer, si queres que los demás te respeten, comenza por respetarte a vos misma.
 Pero a la cosificación del sexo femenino no es donde quiero detenerme sino más bien a la cosificación del sexo en si.           

Creo que se vende una imagen de que hay que tener sexo constantemente sin importar
 con quien, sinó más bien que hay que vivir seduciendo.
Para el hombre, la presión gira en torno a "no arrugar" ante el avance de la mujer. Para las mujeres la presión está, aparte de estar siempre linda, flaca y sexy,en vivir constantemente provocando, calentando a los hombres.Y en esta provocación constante es donde el sexo se cosifica. Deja de ser entendido como una experiencia placentera donde importa la compañía del otro y el disfrute mutuo, para convertirse en un elemento de inclusión en la sociedad.
Si vas a un boliche y te tranzas a tres pibes, le haces un pete en el baño a otro, y le metes un beso a tu amiga, solo por el hecho de provocar y calentar a más hombres, vas por el camino correcto.
Creo que se esta perdiendo el disfrute de la compañía del otro (aunque no sea una relación estable, no estoy hablando de eso), se está perdiendo la posibilidad de disfrutar en serio, de explorar que cosas son disfrutables para el hombre y para la mujer. Hoy, el sexo consiste en el relato que de él se haga al otro día. Y de ponerla el sábado por la noche.
Creo que la mayoría de la gente se muestra sexual solo para histeriquear y no para disfrutar. Se muestra mas de lo que se disfruta, se aparenta mas de lo q se es.
El orgasmo no dura mas que unos segundos, pero hay vacíos que son difíciles de llenar si al acto sexual no se lo humaniza un poco. Y repito, que esto es posible así sea una relación sin compromiso . Que se entienda que no hablo de amor.
A veces me parece que sobre todo en la mayoría de la gente tiene mucho desconocimiento de su propio cuerpo, del goce y de las caricias y de como disfrutar una relación con el otro. A veces pareciera que hay una especie de analfabetismo debido al sexo light. Aunque hayas estado con varias personas, eso no te hace un buen amante.
El sexo se esta transformando en mercancía, y luego de ello no hay más que el vacío q deja el consumo. Esta de moda el sexo y la libertad para todo. Celebro la libertad y el sexo, pero en las practicas reales de las parejas, las prohibiciones, tabúes, y problemas sexuales siguen existiendo y los sentimientos también. Aunque exista una industria redituable del erotismo, la sexualidad, por suerte, es mucho más amplia que los segundos que dura el orgasmo.
Y en esta sociedad tan "libre", tan "sexual", todavía hay muchos debates pendientes y considero que esta liberación esta perjudicando y hace que haya personas muy pobres en el ámbito sexual.

miércoles, 16 de abril de 2014

Soy inconformista y por eso tengo lo que tengo o por eso soy lo que soy, para bien y para mal. 
Me gusta beber y comer bien. Me gustan los tragos dulces y con poco hielo. Soy de las mujeres que guarda los mensajes enviados para releer las cosas que escribo, lo mismo con las cartas y sus borradores. Nunca coleccioné sobres de dulces o chocolates de amores adolescentes y furtivos, pero si me cercioré de dejar una canción para alguno de ellos. Cuando soy poco expresiva es un acto de timidez, aunque me crea solamente introvertida. Soy insegura de mi misma y del resto. Soy orgullosa y me he mordido la lengua por ello. Soy de las que da los besos largos y apasionados sin disimulo ni vergüenza. Me gusta acurrucar mi nariz helada en un cuello cálido. Me gusta caminar por sitios nuevos. Me gusta viajar sin destino claro. Me gustan las ventanas de las casas viejas o la forma de los árboles torcidos y pisar hojas secas. Me gusta secar flores entre las hojas de algún libro. Soy de las que “prepara cosas casuales”. Soy un tanto testaruda cuando debo olvidar lo que recuerdo. Me gusta jugar a que fumo el aire frío de las mañanas de invierno. Evito el silencio absoluto en una casa vacía. Me gusta cantar por la calle. Detesto mi pelo cuando se vuelve incontrolable. El mejor abrazo es el que no me suelta hasta que deje de llorar. El dolor más profundo es el que no dejo ver. La sonrisa más transparente es la que resalta con mis ojos. Lo que nunca me saldrá mal es soñar. Me acuesto arriba de las sábanas. Me gusta dormir sin pijama y abrazada a la almohada. Despierto con ganas de dormir un poco más. Soy de las que sueña con bailar bajo la lluvia y lo hago. Alguna vez quise recoger a todos los perritos callejeros para cuidarlos bien. Me conmueven los animales muy dulces. Lloro poco y nada. Mi sueño perfecto es el que aún no concibo. Me veo mejor con ojos verdes. Me veo más mujer con los labios pintados, aunque no me acostumbro a verme así. Me gusta hacer ruido con los tacos al caminar. Me gustan las velas encendidas en un recinto casi oscuro. Me gusta ver llover por la ventana.  Quiero una maquina de escribir y papel roneo. Soy de las mujeres frágiles llenas de corazas. Soy cobarde del dolor y por eso escapo antes de que llegue. Me gusta sentirme una niña y para ello me columpio en los juegos. Me gustan las sorpresas inesperadas. Me vuelvo melancólica cuando me siento sola. Me corroe la nostalgia cuando abro mi caja de recuerdos. Me gusta fotografiar todo. Me gusta cerrar los ojos y sentirme viva. Soy perfeccionista aunque me pese.  Me gustan los viajes largos. Detesto la soledad tanto como las masas de gente.