There is so much beauty in this world...

viernes, 24 de julio de 2015

Buscándonos.


Nadie encuentra lo que no está buscando. No es verdad que las cosas aparecen de pronto; que sorpresivamente, cuando para la lluvia, vemos una hermosísima flor en el que antes no había nada. Ahí hubo, por lo menos, un capullo cerrado, algo que estaba por abrirse, por transformarse en flor...

Cuando un hombre encuentra a una mujer, cuando una mujer encuentra a un hombre... los dos estaban buscándose. Por soledad. O por dolor. O por ganas de revivir la vida insuflándole oxígeno a los pulmones. O porque sí. Por qué explicarlo todo? Por qué decir que la causa, el efecto, que la casualidad no existe?

Mejor pensemos que lo importante es que, cuando no hay alguien a nuestro lado, no hacemos tostadas (para mí solamente? No...), no gastamos en ese frasco de perfume, duran menos las latas de atún y más las milanesas en el freezer, compramos con más nostalgia que alegría un ramito de flores para llevar a casa y estrenamos muy pocas cosas. Se van yendo las ganas, como se va la luz, poco a poco... Y la noche nos asesta su golpe con el recuerdo, nos envía sus fantasmas más tristes, sus sombras incansables e inclementes. La noche que no termina nunca, que crece, que atormenta, que entrevera nombres, que ronda, que agiganta las lágrimas hasta transformarlas en un océano. Estamos solos porque no hacemos una llamada. Porque no damos el paso que nos acerca.

Porque no decimos la primera palabra que se transforme en puente. Nadie encuentra lo que no está buscando. Por qué creés que vos y yo nos encontramos? Desde dónde venías acercándote? Desde cuándo yo esperaba que llegaras? Por qué yo? Por qué vos? Por qué nosotros? Por qué creés que no te desviaste, con otro rumbo, que no fuiste más hacia el sur, o más al norte? Por qué pensás que me detuve para que pudieras alcanzarme, extender las dos ramas de tus brazos, abarcarme con toda tu ternura como diciéndome "ahora ya no te pasará nada malo, nada triste, nada cruel; podés dejar de llorar, podés dormir con los ojos cerrados, tranquilamente y, al despertar, no estarás sola.... Y yo no estaré solo ...?" Por qué? Porque los dos estábamos buscándonos.

Porque desde aquella lejana primera vez que nos vimos, quedó un delgado, finísimo, invisible hilo uniéndonos, un hilo que atraviesa paredes, muros, montañas, un hilo indestructible que no soltaste, que no solté, y que al fin volvió a reunirnos para que la historia termine su retrato, pero retornando a los dos mismos protagonistas.

Vos y yo. Regresando. Volviendo al paraíso prometido que salimos a buscar sin saber que lo teníamos tan cerca, debajo de los pies.

Cuando un hombre encuentra a una mujer, cuando una mujer encuentra a un hombre... los dos estaban buscándose. Nadie encuentra lo que no está buscando. Me entendés, ahora?