There is so much beauty in this world...

martes, 30 de diciembre de 2014

Tuve que aprender a resistir el día en que entendí que a nadie le importaba demasiado. Y no, no es que sea una persona poco amada, ni que viva del pesimismo, es que uno crece y el tiempo le da lecciones inolvidables. 
Seamos realistas, nadie está tan cerca nuestro como para saber qué pensamos cuando pasan los trenes o qué sentimos al ver un atardecer. Podemos hacer que nos conozcan relativamente expresando a través de las palabras un poco de lo que creemos ser, pero nadie nunca va a saber lo que sentimos, lo que pensamos, lo que deseamos, ni lo que reprimimos. Estamos solos en medio de nuestra mente, tratando de sobrevivir a las grandes tormentas que nosotros mismos nos provocamos. Y es cuando aprendemos este tipo de lecciones que somos conscientes de lo importante que es abrazarnos a nosotros mismos y darnos una palabra de aliento, porque al fin y al cabo, somos los únicos que entendemos lo que es estar en ese inmenso temporal.