Estoy convencida de que cuando alguna persona entra en mi vida es por alguna razón importante. No es meramente por casualidad o coincidencia. Vienen a mi vida para aportar y enseñarme algo que debo aprender o necesito saber. Cada una de mis amigas son diversas, tienen emociones, mentalidad, ideas y capacidades propias. Sin, embargo todas se asemejan en algo, y es que tienen corazones hermosos. La esencia que reside dentro de su ser es pura y la reflejan en sus ojos, sonrisas, formas de actuar, hablar y pensar. Cada uno de ellas es un diamante guardado celosamente en el cofre de mi corazón. Pertenecen a una colección y edición especial, por tanto son irreemplazables para mí.
Aunque soy un ser desastre y las veo a cada una cada muerte de obispo, el cariño nunca desaparece.