Violencia verbal...ponele

Si sos hombre y alguna vez has “piropeado” a una mujer, tengo algo que decirte:

Quizás pensas que tus silbidos, miradas o comentarios en voz alta sobre las mujeres son halagadores para ellas o que no generan cambios en sus vidas. Tal vez creas que tenes derecho a dirigirte a todas las mujeres en la calle, sólo por el hecho de que están ahí o porque se visten de alguna manera.

No puedo hablar en nombre de todas las mujeres, ni de reglas que se apliquen a todos los casos; pero sí puedo sugerir reflexiones sobre ciertos argumentos que he escuchado muchas veces.

“LO HAGO PARA HALAGARLAS, PARA HACERLES SABER LO BONITAS QUE SON”

Recordás cómo te respondieron? Alguna vez te dijeron: “gracias, sos un amor! yo tambien tendria sexo con vos de la manera explicita que me lo decis”? No? Y no has pensando que tal vez sea porque no se sintieron halagadas en lo más mínimo?.

Cuando una persona quiere halagar o hacer sentir bien a otra, hay que tener en cuenta lo que la otra persona piensa y siente. Es mejor conocer y estar seguro que los elogios van a ser tomados con agrado por parte del otro. Siendo así, de qué sirve silbar o hacer comentarios a una mujer extraña?

Quizás es necesario que seas sincero con vos mismo y preguntarte si realmente lo haces para halagar a las mujeres o si lo haces para lucirte y sentirte un poco mejor con vos mismo, mas hombre, mas machito, ya que seguramente no tenes un autoestima alto...

“SI SE VISTEN ASÍ ES PORQUE QUIEREN QUE LOS HOMBRES LES DIGAN COSAS”

Es lo mismo a decir que si salís a la calle con tu bicicleta es porque queres que te la roben. Si vos decidís mostrarle a tus amigos tu nuevo celular y alguien pasa y se lo lleva, aceptarías que el ladrón te diga: “es que vos lo sacaste, si vos lo mostraste frente mio entonces yo tengo el derecho de tomarlo”. No creo.

Si este argumento no es aceptable con los objetos, mucho menos es con las personas. Un objeto en la calle no es propiedad de todos, verdad?. Bueno, las mujeres tampoco lo somos.

El cuerpo de las mujeres y el uso que le demos (vestimenta, forma de caminar, etc.), es una decisión que nos concierne únicamente a nosotras y esto no debe cambiar cuando salimos por las calles. Salir  no debe implicar para nosotras tener que oír cosas que no hemos pedido oír ni recibir, ya que no estamos en la calle para el disfrute o entretenimiento de otros sino para el propio.

“ES NUESTRA NATURALEZA, LOS HOMBRES SOMOS ASÍ. NO PODEMOS CONTENERNOS”

La naturaleza hace que tengamos el pelo enrulado o lacio, que tengamos ojos negros o claros. La naturaleza es eso que no podemos modificar (o no sin que medie una intervención quirúrgica). Nuestras conductas no son por naturaleza. Ellas se aprenden y por lo tanto, podes esforzarte por desaprenderlas si resultan dañinas para otros. Entonces, podes elegir molestar o no a una mujer.
Decir que algo es tu naturaleza, o que lo haces por instinto, es un camino fácil ya que así no tenes que esforzarte por cambiar. 

“ES SOLO UN COMENTARIO; SI NO LES GUSTA, PUEDEN ELEGIR NO HACERLE CASO Y SEGUIR CON SUS VIDAS”

Alguna vez te han robado? Notaste que luego de un robo evitas pasar por ese lugar y, en general, te sentís menos seguro que antes al desplazarte por la ciudad? También empezás a ver a la gente como potenciales ladrones, desconfías más. Tu vínculo con tu ciudad se debilita.
Lo mismo pasa cuando una ha tenido experiencias negativas en la calle, como escuchar constantemente lenguaje sexual agresivo o hasta haber sido tocada, No sólo una se sienten mal en ese instante sino que esto tiene impactos en la vida a la hora de ir por la calle.
Si crees que un robo no es equiparable a las experiencias que sufren las mujeres, tenes razón. Para las mujeres, el acoso callejero puede ser mucho peor ya que involucra a su cuerpo (que es parte importante de su identidad) y no a un objeto ajeno, como pasa en el caso de un robo.

Si aún no estás convencido de lo que te digo, pensas que exagero bueno lamentablemente seguís teniendo una mente machista retrogada...