There is so much beauty in this world...

miércoles, 28 de enero de 2015

Ella le escupió su infierno en la cara, sí, se lo escupió, sin delicadeza, todos sus demonios, sus trastornos y pesadillas, exhibió su lado oscuro con cada monstruo, le presentó cada una de sus sombras...
- Usted no me da miedo.
Ella tomó esa respuesta como un reto, se tendría que esforzar más, asi que está vez ella lo golpeó con su demencia, gritaba como una lunática, se mostró completamente inestable, temperamental, indomable, dejó salir su aterrador carácter, lo envolvió con su infinito desorden mental...
- Amo la locura.
Desesperada lo atacó con su libertad, le advirtió que no solía permanecer, que era todo un desastre, y que tenerla cerca era torturarse de manera voluntaria...
- Usted es extraña...
Al fin! Lo que buscaba, antes de que él cambiara de opinión ella agregó de forma victoriosa:
- Más de lo que usted imagina! (Lo logré) Me toma o me deja! (No es pregunta, es reto, déjeme, sálvese de mi y déjeme)
- La tomé desde el momento en que la vi por primera vez aquella tarde.
-(Qué????) Usted no sabe lo que dice (debe ser una broma) no sabe en lo que se mete...
- Usted me subestima, la conozco, ya mire dentro de sus ojos...
Fue ahí cuando ella se quedó sin armas frente a él, sin saber si llamarlo desesperado, idiota o farsante, quizá un poco de las tres.

lunes, 19 de enero de 2015

Llegó el momento. 
Acá me quiero quedar. 
Por primera vez en la vida siento que no estoy dando pasos en falso y estoy haciendo las cosas bien. El rumbo de mi vida logró encontrar esa pizca de amor que le faltaba y hoy me encuentro ante uno de mis mejores momentos. 
Siempre me dio miedo llegar a tal punto. Siempre me dio miedo estar en la cima. 
La razón y bien claro está, nunca es justa la felicidad. Siempre llega algo de pronto que te quita todo de un suspiro, porque como bien sabemos, mi felicidad dura menos que un pestañeo. 
Nunca me centré en una idea positivista cuando las cosas empezaban a tomar su lugar, quizá por eso nunca llegué a ser feliz por completo. 
Hoy me siento bien. 
Acá me quiero quedar. 
Muchas veces se me cruzó por la cabeza y deseé con firmeza poder terminar el tiempo o avanzar lo suficiente para terminar con los problemas que abundaban en mi vida. 
No logré discernir si fue el miedo o la incertidumbre de saber que era lo que tenía el destino para mi. 
Hoy me toca abrir barreras y romper todos mis esquemas para entrar en un nuevo mundo, para crecer, para aprender. Ya no quiero una máquina que me quite todo de repente o me haga ir y volver. Hoy quiero superar. Quiero superar todo lo que estuvo cargando peso en mi mochila durante toda la vida. Superarme a mi misma. Pese a la arraigada relación que tengo con los miedos y la vida misma, me toca mirar hacia adelante. Me toca ver el presente y crecer a la par de cualquier cosa que pueda sobrevenir. En esta última instancia mi vida se tornó un completo hastío, pero tengo que reconocer que millones de cosas buenas pasaron y pasan. 
Voy a ser positivista. 
Voy a empezar a ver las cosas desde otro punto. No todo dura para siempre. No siempre vamos a tener presente aquello que nos logre confortar. Pero hay que aprender a ser felices y a mirar la vida desde otro modo, desde otra perspectiva. Con lo que se tiene y lo que no. 
Debo aprender. Debo crecer. Debo abrir barreras. Debo incentivarme. Debo abrirme. Debo sentir. Debo querer. Debo millones de cosas que estoy dispuesta a establecer.

sábado, 10 de enero de 2015

A veces nos gustaría que la vida fuera plana y estable, pero es inevitable: cada tanto, se nos cruza una tormenta tremenda que arrasa con todo (una misma incluida) a su paso. Lo bueno es que siempre logramos sobrevivir y mejor aún: es posible que nos volvamos mejores personas, si logramos aprender algo de ese vendaval. No es fácil verlo en el momento, pero hurgando un poco más profundo, podemos encontrarnos con la grata sorpresa de que todo ese movimiento ha valido la pena. Aceptar y agradecer el cambio.

Estoy cambiando constantemente, mi mundo está cambiando constantemente, todo lo que experimento va y viene. Intento ir ligera en el camino, sin aferrarme demasiado a nada…

jueves, 1 de enero de 2015




Historia del ojo cuenta la historia de un narrador sin nombre, de Simona –una quinceañera multiorgásmica y fetichista, de caprichos extravagantes y en una tensión suspendida entre la lolita prepúber y la femme fatale–, y de Marcela: una niña que retrocede ante las orgías, pero se acerca a ellas fatalmente desde el reverso de su psicosis. 
El relato retoma ciertas formas y temas de las narraciones de Sade, pero las vuelve modernas y las desliza en el interior de un lenguaje llano y simple. En Historia del ojo pasan muchas cosas: viajes, fiestas, secuestros, violencia. Y también hay buena reflexión, pero la “filosofía” o la carga intelectual de la novela no sobrepasa a la trama ni la ahoga. Es más: las reflexiones no surgen del narrador ni de los personajes sino que se levantan solitarias desde los huecos de la trama, cuando ya todo está contado y sólo queda seguir adelante o sentenciar el final. 
La novela de Bataille tiene un rasgo que patentó Sade en sus escritos, por el cual el espesor de sus escenas erótico-violentas se va acrecentando a medida que pasan las páginas, y hacia el final todo límite queda diluido o destruido. Si en un principio la novela se apoya en los cimientos de la transgresión, en sus últimos alientos se erige sobre la base de lo que está más allá de la transgresión: la profanación.

Si quieren leer una buena literatura erótica con temáticas reales del sado-masoquismo lean este libro o el Marques de Sade....no la bosta de Sombras de Grey...